viernes, 11 de diciembre de 2009

COMPARACIÓN DE ARTÍCULOS


Después de volver a leer detenidamente los tres artículos, si he de elegir uno, me quedaría con el de Domi del Postigo. Elección difícil, puesto que el de Arturo Pérez Reverte también me ha gustado bastante.

Elijo Enrique está solo por la sensación que ha dejado en mí, esto que suelen decir que "te llega o te toca la fibra sensible".

Domi, en el artículo, habla con claridad, de una forma abierta y directa, sin tapujos hacia nada ni nadie. No deja títere con cabeza al hablar de los partidos políticos y realiza una crítica clara a la sociedad que nos rodea y a nuestra sanidad pública.

La descripción de Enrique, la médica de familia, la gente que pasaba y ni se solidarizaba con el hombre, los taxistas…Utiliza el lenguaje con ironía para llegar y transmitir a los lectores. Y lo consigue.

Describe con detalle las escenas y los personajes, lo hace utilizando adjetivos que te hacen representar claramente la situación que está ocurriendo. Además, una escena así la hemos contemplado cualquiera, ya que desgraciadamente somos así y no nos paramos a ayudar al que lo necesita.
Pero en cambio, su hermano sí lo hizo y quiso recompensárselo con estas líneas. Creo que con este artículo, a parte de su crítica en los aspectos anteriormente mencionados, quiere hacerle ver a la gente lo que está ocurriendo y concienciarles de ello en la medida de lo posible.

El artículo de Arturo Pérez Reverte también me ha gustado mucho. ¿Por qué? Pues porque no esperaba un artículo así, con ese vocabulario tan claro y directo. Vocablos que utilizamos todos, pero no en un artículo de prensa (pensaba yo). Por esa sencilla razón me ha impactado y porque su compañero y amigo es increíble, tanto su profesionalidad como su actitud ante las situaciones que vive (sobre todo la entereza).

El artículo de Antonio Gala es el que no me ha gustado. Quizás por su mayor complejidad o porque la temática no es muy relevante para mí.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Artículo

Que fácil es hablar sin conocimiento de causa, comentar por comentar, yo te digo, tú le dices, acusar sin pruebas y comenzar a hacer una bola de un simple grano de arena.
Pero claro, con poner o decir "supuestamente", todo está perdonado y "aquí paz y después gloria".

Todo esto sucede y ha sucedido continuamente en nuestra sociedad. Lo último, el desagradable caso de Aitana, la niña tinerfeña de tres años que falleció el pasado viernes 27 de Noviembre.

El acoso y derribo que sufrió el compañero sentimental de su madre, Diego Pastrana, no tiene excusa ni razón lógica por parte de médicos, prensa, ciudadanía…por parte de todos. Las fuertes acusaciones que ha sufrido (violación, maltrato) han quedado en nada, en un prejuicio después de la resolución de las pruebas: Aitana se había caído de un columpio en el parque y de esa caída derivaban sus problemas.

¿Dónde queda ese dolor?, ¿y ese daño tanto por la muerte de Aitana como por esas falsas acusaciones siendo inocente?

Y todo, ¿por qué?, ¿negligencia médica?, ¿ganas de llenarse los bolsillos por ver quien ofrece la noticia más sensacionalista?

Sí. Así es. Multitud de casos se producen hoy en el anonimato por negligencias médicas, por dejar pasar las cosas y no detenerse a realizar las pruebas pertinentes. Por no esperar.

Y después del fallo, ¿quién paga las consecuencias?

Desde luego, en la mayoría de los casos, la víctima es la persona y la familia afectada; no el personal de nuestra sanidad pública.
Y hablo desde el conocimiento, de la experiencia, por mi tío y lo que día a día padece debido a un tratamiento erróneo.
¿Callar o denunciar?, ¿justicia o injusticia?, ¿apoyo político o mejor "lavarse las manos" mirando sus intereses?

Pensemos antes de actuar y hablar y seamos consecuentes con nuestros actos. En estos casos, la vida de las personas y su integridad están en juego.